23 octubre 2014

El Corte Inglés y los residentes del centro de Madrid se escuchan unos a otros


Desde hace décadas, El Corte Inglés ha sido ese gran almacén de calidad que tanto llamaba la atención a los visitantes y turistas que llegaban al centro de la capital. Para los residentes del centro de Madrid, que han visto cómo poco a poco han ido desapareciendo las pequeñas tiendas y los comercios locales, El Corte Inglés se ha ido convirtiendo con los años en la gran "tienda de la esquina", una tienda gigante que tiene de todo y que está casi siempre abierta, pero que por su gran tamaño y actividad conlleva también un gran impacto en el barrio.

Uno de estos impactos es del molesto sonido que generan las enormes máquinas de ventilación que El Corte Inglés tiene instaladas en todas las azoteas de todos sus edificios, varias máquinas en cada edificio. Hay que recordar que los edificios de El Corte Inglés son muy altos y muy grandes, pero no tienen ventanas en sus paredes, por lo que toda la iluminación es artificial y toda la ventilación y la climatización de frío y calor proviene de esas grandes máquinas funcionando en los tejados, cada una de ellas del tamaño de un camión, pudiendo haber hasta seis de ellas en cada edificio.
201410 Sistemas de Climatización - El Corte Inglés - Madrid, Sol
 De esta manera, concretamente en la zona de Sol, los residentes lidian cada día con el ruido constante de una gran cantidad de máquinas gigantes a pleno funcionamiento y produciendo un ruido industrial tremendamente molesto, más propio de una zona industrial que de un barrio residencial, histórico, supuestamente protegido y cada vez más peatonal. Ruido que se suma además al que la zona ya soporta de por sí a consecuencia del transito masivo de personas, el ocio nocturno, los eventos, las manifestaciones, etc.

Por ello, hace ya casi una década los residentes de la zona de Sol se reunieron con El Corte Inglés, el Ayuntamiento de Madrid y un par de asociaciones de protección del medio ambiente de la Comunidad de Madrid y llevaron a cabo un estudio del impacto sonoro de estas máquinas. De este estudio se derivó la obligación de insonorizar dichas máquinas, lo cual supuso un serio esfuerzo por parte de El Corte Inglés, una mejora de la situación de las máquinas, y un descanso para los residentes.

No obstante, desde hace unos pocos años, los residentes comenzaron a quejarse de nuevo porque el ruido ha ido creciendo en volumen, quizás porque las potencias han ido creciendo, las máquinas se van quedando viejas, la insonorización ya no es efectiva, o quizás por una suma de todo esto.

Pues bien, tras varias reuniones con la dirección de El Corte Inglés de Preciados, la empresa de mantenimiento de las máquinas ha revisado las instalaciones y ha detectado algunas deficiencias que el propio Corte Inglés ha reconocido y ha confirmado que va a corregir en breve. Sin duda, esto resulta tranquilizador para los vecinos, que quedan a la espera de comprobar que finalmente se acometen los trabajos y se soluciona el problema.

Especialmente con la dirección actual de la tienda de Preciados (a diferencia de como fue hace una década) ahora el diálogo está siendo cordial y muy atento, como cuando el año pasado reorientaron unas luces demasiado potentes para no molestar a los vecinos. 

Los vecinos escuchamos las máquinas de El Corte Inglés, y El Corte Inglés escucha las reclamaciones de los vecinos. Así pues, todos nos escuchamos y buscamos la mejor manera de crear un barrio activo, próspero y, por supuesto, habitable.