Desde hace
décadas, El Corte Inglés ha sido ese gran almacén de calidad que tanto llamaba
la atención a los visitantes y turistas que llegaban al centro de la capital.
Para los residentes del centro de Madrid, que han visto cómo poco a poco han
ido desapareciendo las pequeñas tiendas y los comercios locales, El Corte
Inglés se ha ido convirtiendo con los años en la gran "tienda de la
esquina", una tienda gigante que tiene de todo y que está casi siempre
abierta, pero que por su gran tamaño y actividad conlleva también un gran
impacto en el barrio.
Uno de
estos impactos es del molesto sonido que generan las enormes máquinas de
ventilación que El Corte Inglés tiene instaladas en todas las azoteas de todos
sus edificios, varias máquinas en cada edificio. Hay que recordar que los
edificios de El Corte Inglés son muy altos y muy grandes, pero no tienen
ventanas en sus paredes, por lo que toda la iluminación es artificial y toda la
ventilación y la climatización de frío y calor proviene de esas grandes
máquinas funcionando en los tejados, cada una de ellas del tamaño de un camión,
pudiendo haber hasta seis de ellas en cada edificio.
De esta
manera, concretamente en la zona de Sol, los residentes lidian cada día con el
ruido constante de una gran cantidad de máquinas gigantes a pleno
funcionamiento y produciendo un ruido industrial tremendamente molesto, más
propio de una zona industrial que de un barrio residencial, histórico,
supuestamente protegido y cada vez más peatonal. Ruido que se suma además al
que la zona ya soporta de por sí a consecuencia del transito masivo de
personas, el ocio nocturno, los eventos, las manifestaciones, etc.
Por ello,
hace ya casi una década los residentes de la zona de Sol se reunieron con El
Corte Inglés, el Ayuntamiento de Madrid y un par de asociaciones de protección
del medio ambiente de la Comunidad de Madrid y llevaron a cabo un estudio del
impacto sonoro de estas máquinas. De este estudio se derivó la obligación de
insonorizar dichas máquinas, lo cual supuso un serio esfuerzo por parte de El
Corte Inglés, una mejora de la situación de las máquinas, y un descanso para
los residentes.
No
obstante, desde hace unos pocos años, los residentes comenzaron a quejarse de
nuevo porque el ruido ha ido creciendo en volumen, quizás porque las potencias
han ido creciendo, las máquinas se van quedando viejas, la insonorización ya no
es efectiva, o quizás por una suma de todo esto.
Pues bien,
tras varias reuniones con la dirección de El Corte Inglés de Preciados, la
empresa de mantenimiento de las máquinas ha revisado las instalaciones y ha
detectado algunas deficiencias que el propio Corte Inglés ha reconocido y ha
confirmado que va a corregir en breve. Sin duda, esto resulta tranquilizador
para los vecinos, que quedan a la espera de comprobar que finalmente se
acometen los trabajos y se soluciona el problema.
Especialmente
con la dirección actual de la tienda de Preciados (a diferencia de como fue
hace una década) ahora el diálogo está siendo cordial y muy atento, como cuando
el año pasado reorientaron unas luces demasiado potentes para no molestar a los
vecinos.
Los vecinos
escuchamos las máquinas de El Corte Inglés, y El Corte Inglés escucha las
reclamaciones de los vecinos. Así pues, todos nos escuchamos y buscamos la
mejor manera de crear un barrio activo, próspero y, por supuesto, habitable.